Vivir en el pasado...
Autora: Graciela De Filippis 





Vivir en el pasado y repetir esa historia una y otra vez es estar preso en
una gran celda que construimos nosotros mismos, y en esa celda a veces fría,
otras enorme, otras vacía nos vaciamos, nos sentimos perdidos y por sobre
todo nuestro espíritu se congela y nos paralizamos.

Muchas veces dejamos de apreciar los valores de la vida, los que están en el
presente y dejamos que se escurran de nuestras manos los momentos más
hermosos o maravillosos ya que no nos damos cuenta que están sucediendo hoy
porque estamos viviendo en el ayer.

Somos grandes generadores de culpas y nos autocastigamos con ella una y otra
vez... Si hubiera dicho... Si hubiera hecho... Si hubiera... y ya pasó de
que sirve hoy lamentarse. Tal vez estamos viviendo y castigándonos por los
errores cometidos y ya nada puede hacerse, ya es tarde... Salimos del pozo y
como si no pudiéramos vivir de otra forma volvemos cada tanto a visitarlo, y
allí nos ensuciamos nuevamente, nos embarramos y entonces de qué sirvió
alejarnos y limpiarnos? De nada... para nada.

Debemos enfrentar la vida mirando hacia adelante, el pasado... ya pasó, poco
o nada puede hacerse pero sí podemos trabajar con nosotros mismos para que
no nos tentemos y cometamos los mismos errores en el presente.

Sería maravilloso que todos podamos despertar a ese niño interior que
llevamos dentro. El niño de la alegría, de la carcajada espontánea, de la
caricia sentida... Ese niño que no está muerto solo está dormido y que
necesita que nosotros hagamos algo para que su sueño no sea un sueño eterno.

Volvamos a ese momento tan hermoso de nuestra infancia, despertemos a
nuestro niño interior, vivamos como él nos enseñó, disfrutemos de la vida y
no pensemos en el pasado una y otra vez... Ese niño no lo hace, sólo siente,
ama y sueña sin mirar atrás, sin pensar si disgustará a alguien con su
manera de vivir, sin reparar si daña o acaricia, sólo vive y se entrega a la
vida porque para él la vida es hoy: este presente.