Podemos crecer

Autora: Graciela De Filippis

 



Cuando hablamos de crecimiento interior creemos que solo unos pocos pueden darle lugar a eso, o equivocadamente pensamos que no contamos con los medios. Cuando aconsejamos a alguna persona una terapia o un libro
simplemente que consideramos que puede ser de ayuda, muchas veces nos
encontramos con respuestas que no entendemos como: - no puedo, no tengo
tiempo, no creo que me ayude, esto que me pasa es por mi pasado, los modelos
que tengo grabados de mi infancia no puedo borrarlos, el fracaso me llevó a
ser así, no sirvo, no voy a lograr nada positivo... y miles de excusas más.


Entonces nos encontramos con personas que se niegan a crecer... 
Participamos a algún amigo que sentimos que lo necesita de algún cuento, o de una anécdota que consideramos importante para su vida y muchos ni la leen o
creen que aquellos que cultivan su interior son extraños o un poco delirantes.


En las librerías es común ver a la gente buscando el libro de moda, y pocos
se detienen ante aquellos que tal vez encierran un secreto que puede cambiar
sus vidas para siempre.


Y entonces? Entonces estamos por un lado aquellos que nos damos cuenta que
podemos ser mejores personas y otros que prefieren seguir como están,
asumiendo sus virtudes y sus defectos, sus buenas o malas crianzas, sus modelos de la infancia que algunas veces han dañado su vida y que sólo los
conducen a hacer copias que muchas veces dañan de la misma manera a los
demás o que potencializan aún más en sus defectos y dañan con mayor
intensidad.

 

Y ahí nos encontramos con esos seres que por negarse a crecer y a ser mejores arrastran de generación en generación los mismos problemas, los mismos traumas, las mismas equivocaciones, y al final del camino cuando ya es tarde se sientan a reflexionar y no comprenden el motivo de su soledad, ni de su desamparo.


La vida es un continuo aprendizaje. Desde la infancia somos como pequeños
baúles en donde cada persona que pasa va dejando algo. Muchas veces el baúl
lo cerramos y se abre solo al llegar a la mitad de la vida o un poco 
antes y de él empiezan a salir las cosas buenas como así también todo lo malo 
que quedó encerrado. Podemos tomar el contenido así como sale y luego decir 
con los años: Y bueno... la culpa es de los que llenaron el baúl... O podemos
eliminar o hacer lo imposible para cambiar aquellas cosas que al verlas, al tenerlas, al recordarlas, al tratar de hacerlas propias nos damos cuenta que no nos sirven. Podemos cambiar... y lo que es más importante: Podemos cambiar la historia y entonces de generación en generación esos frutos serán los más deseados, y muchos querrán tenerlos e incorporarlos a sus 
vidas.


Jaime Barylko dice: " El hombre es persona. La persona se define como una
amalgama de lo que recibe de la naturaleza, los genes, y de lo que recibe del medio, la moral, las costumbres, la lengua, el país, la situación política, la situación económica, el clima, el barrio, las lecturas, las películas, los amigos, los maestros... y fundamentalmente, el asumir la libertad y elegir. En última instancia, somos lo que elegimos ser".


Somos lo que elegimos ser... y no hay excusas, tenemos muchísimas
posibilidades de ser mejores y de crecer cada día más.


Por eso no pierdas el tiempo... La vida es hoy y los cambios como las
mejoras dependen de tí. Tenés la libertad de elegir...