Nueva casa, nueva vida, nuevos proyectos

Autora: Graciela De Filippis

 


Cuando cambiamos de sitio donde vivir, al principio, todo nos parece lindo y todo nos parece raro. El nuevo lugar nos sorprende con un sinnúmero de nuevos sonidos pareciendo que estuviera habitado. El alma de la casa se hace presente. Y todo eso novedoso de pronto será habitual, y poco a poco, el alma de la casa será una conjunción de las almas de todos aquellos que la habitan, la vivencian y ponen sus sellos individuales al servicio de todos. 

Cada casa tiene mucho de nosotros; en muchos aspectos. Tiene nuestros objetos queridos, las cosas que usamos para decorarla, nuestras plantas, el color de pintura que elegimos, nuestras fragancias... Pero aparte de todo eso, tiene algo mucho más importante: Tiene nuestros recuerdos...y parte de la historia de nuestra vida. Por eso cuesta tanto mudarse. Porque uno siente que está dejando mucho de sí mismo entre esas paredes, testigos de tantas vivencias...

Nueva casa, nueva vida, nuevos proyectos...Eso mitiga un poco el sufrimiento. Pero, indudablemente, en cada rincón, en cada baldosa de la casa que dejamos, un pedacito de nuestro espíritu sigue viviendo en forma de recuerdo.