Nos necesitamos

Autora: Graciela De Filippis

 



Cada uno de nosotros, cada cual desde su lugar, importante o humilde,
tenemos una importancia capital. Estamos inmersos en un mundo tan complejo
que todos necesitamos de los demás para poder avanzar. Somos piezas de un
delicado mecanismo que funciona con los movimientos sincronizados de sus
diferentes componentes. Hay piezas que aparentan ser más importantes  y
otras que suponen una importancia secundaria. Pero...¿Es realmente así?.


Nadie discutiría que el motor de un auto es mucho más importante que la batería. Pero lo cierto es que el auto no funciona tanto si le falta el uno como la otra. Sin duda que reemplazar un motor es mucho más difícil y costoso que cambiar la batería, pero ambos son igualmente necesarios para que el auto marche. Así como el auto necesita de todas sus piezas, el mundo nos necesita a todos para funcionar.


El director de una empresa es tan importante como el menos especializado de
sus obreros. Pero todas éstas son necesidades e importancias impersonales.
Porque la empresa funcionaría con este gerente o el otro; con este obrero o
el otro. Son necesarios un gerente y un obrero; muchas veces no importa
quienes sean ellos. Entonces, la importancia de cada uno es una importancia
relativa.


Pero en el terreno de los afectos, las cosas son diferentes ...  por suerte
son diferentes. Ahí sí que cada uno tiene una importancia absoluta. Porque
un padre, una madre, un hijo, una abuela, una tía... no pueden ser
reemplazados por otra persona. En el terreno del amor, no somos simples
piezas de un mecanismo. Cada uno de nosotros es un mecanismo completo.
Por suerte, en la lucha cotidiana por la vida, al regresar del trabajo,
donde somos uno más, importantes, pero uno más, tenemos el refugio de
nuestro hogar, donde se nos colma de amor, de cariño, de atenciones, y
somos, y nos hacen sentir, protagonistas irremplazables.