Llegar a la meta

Autora: Graciela De Filippis

 

 


Llegar a la meta es para todos algo que nos llena de satisfacción, es ver que lo que deseamos se hace realidad, es sentirnos un poco más importantes, es alcanzar el objetivo. Pero muchas veces las metas a las que deseamos llegar son egoístas y sólo queremos alcanzarlas para sentirnos bien, para asumir que una vez más lo logramos... Esto sucede ante las discusiones cuando queremos tener siempre la última  palabra teniendo o no razón. También sucede cuando no nos despojamos ni por un instante de nuestras obsesiones que tal vez no hacen felices a quienes nos rodean.


Es  como que de pronto el Yo impera en nuestra vida y nos olvidamos de que
formamos parte de un mundo, que tenemos que aprender a ceder, a dar, a ofrecer... La vida es un diario compartir, pero compartir desde el corazón no
compartir porque sí y sin sentirlo.


Si experimentamos la felicidad de llegar a una meta ¿por qué no permitirles
a otros que también lleguen? ¿por qué si decimos amar al otro no aprendemos
a ceder? ¿por qué si deseamos un mundo mejor no aprendemos día a día a compartir? ¿por qué cuando llegamos al éxito se nos nubla la vista y nos alejamos muchas veces de quiénes nos ayudaron a llegar a él?


Es necesario que nos retiremos de la carrera antes de llegar a la meta cuando prevalece el egoísmo, el capricho, la soberbia, los celos, la malicia, y todo aquello que por momentos forma parte de nosotros y que a veces hasta desconocemos ya que nace de pronto cuando nuestro interior no le da paso al amor o carece de amor.