Carta a los cristianos

Muchedumbre y discípulo

Autor: Padre Gerardo Moreno

 

 

A quien hace la diferencia… 

            La misión de Cristo es específica: Vayan por todo el mundo… Desde un principio el mensaje de Jesucristo tiene un carácter universal. Por ello debemos llegar a toda persona y hablarle del proyecto de Cristo. Del proyecto de salvación para todo hombre y mujer de todas las generaciones. Sólo el discípulo puede asumir la misión que encomienda Cristo, pues, la muchedumbre sólo busca milagros de Dios, el discípulo cree que ya es un milagro de Dios. Además, mientras la muchedumbre espera a Dios, el discípulo ya lo tiene y lo lleva a las naciones. 

            La muchedumbre busca transformar la forma de ser de Cristo, el discípulo, en cambio, se deja transformar y seducir por Él. 

            La muchedumbre va tras de Cristo porque multiplica los panes y los peces, el discípulo, en cambio, recibe de Cristo el pan para compartirlo con los demás. El discípulo se hace pan como su Maestro. 

            La muchedumbre busca nombrar rey a Jesús, porque hace milagro, el discípulo, en cambio, sabe que Jesús, ya es rey, para eso ha venido. 

            La muchedumbre piensa en un cambio con las armas para liberarse del yugo explotador, el discípulo, en cambio, a ejemplo de Cristo, transforma este mundo desde el amor. 

            La muchedumbre en la adversidad huye y se avergüenza del Maestro, el discípulo, en cambio, a ejemplo de Pedro, dice: ¿A quién iremos, Señor? Sólo tú tienes palabras de vida eterna. 

            La muchedumbre dice: Señor, sálvame, el discípulo, en cambio: Señor, guíame. Guíame según tu voluntad. Me pongo en tus manos. En la cruz la muchedumbre desaparece, el discípulo, en cambio, permanece y sabe que no hay resurrección sin cruz. 

La muchedumbre sólo pide, el discípulo, en cambio, en nombre de Cristo da y comparte el pan, la vida, la fe y las ilusiones. La muchedumbre se queda en el camino, el discípulo, en cambio, continúa porque su fuerza viene de lo alto. 

La diferencia entre la muchedumbre y el discípulo está  también en que la primera es sólo tierra, y el segundo es tierra buena, y da frutos del ciento por uno.

Seamos discípulos