Atitlán
Autor: Astor Brime
email: gegarcas@hotmail.com
La oración de la tierra por su gozo
a la hora de la luz,
cuando los campanarios de la frente
anuncian el amor y la mirada
- La indiecita,
con el sol en la carne,
mordía el mango amarillo del silencio -
Si no fuera esta lluvia de cristales
imposible sería mantenerse en la llama
sin hundirse en el humo de la tarde.
Pero ciñe la aurora tu cintura
con el abrazo verde,
que estremece tu seno,
levemente asustado
por el ala de cielo que te vuela.