El amor como sentido de la vida

Autor:  Borja Dolz

Fuente: Gama

 

 

El óptico examina el defecto y la desviación que tiene el ojo enfermo para fabricar el cristal de tal manera que supla la deficiencia visual. Cuando se usan las gafas, éstas no esperan un mandato del óptico para deformar la imagen y adaptarla a la necesidad del ojo, sino que por propia naturaleza así lo hace. Si por un absurdo los cristales dejaran de actuar tal como se les ha fabricado y comenzaran a modificar en mayor o menor grado la imagen de la realidad, perderían su valor para el ojo y el miope se vería obligado a tirarlas.

Con el mandamiento del amor Acompendia Jesús el objetivo final, el sentido de la existencia@. Amar no es un mandato que le llega al hombre desde fuera. El sentido y el objetivo del hombre es amar. Cuando Cristo da el mandato del amor, en el fondo, está diciendo: >hombre sé lo que eres; haz aquello para lo que has sido creado=. Como el cristal está fabricado para deformar la realidad, el hombre está creado para amar. Cristo, consciente de que somos libres y tocados por el pecado, con su mandamiento no nos dice algo nuevo sino que nos recuerda nuestra realidad. Ciertamente se puede hablar de mandamiento, pero entendido no como un mandato diverso de nuestra naturaleza, ya que Él, al crearnos nos hizo para amar. Es como si el óptico dijera al cristal: >deforma la realidad en la proporción en que te fabriqué=. El cristal actuaría no por el mandato recibido en este momento sino por la naturaleza con que fue fabricado.

Hasta tal punto hemos sido creados para amar que cuando no lo hacemos es como si no existiéramos, perdemos nuestro valor. AQuien no tiene el amor, de tal forma ha caído de su destino que está muerto dentro de un cuerpo viviente: >quien no ama permanece en la muerte= (Jn 15,12)@.

Si pasamos de la existencia en general a cada uno de los actos de nuestro existir cotidiano y aplicamos el principio >amar es vivir y no amar es estar muerto=, significa que cada cosa que hagamos tendrá sentido sólo si se hace con amor. Todo lo realizado, por pequeño que sea, con amor será vida. Mientras, por muy portentoso que sea, si se realiza sin amor, no tendrá valor. La imagen del cristal puede también iluminarnos. Lo importante no es si las imágenes que debe adaptar son hermosas o insignificantes, sino que las adapte a la proporción que necesita el ojo. Fue fabricado para esa proporción, y en ella radica su valor. El hombre fue creado para amar y su valor está en amar, Ahasta el punto de que quien observa este mandamiento, en el que se cimientan toda la Ley y los Profetas, cumple en plenitud la ley (Rm 13,10), mientras que, sin el amor, incluso el complimiento perfecto carecería de utilidad y de sentido (1Cor 13,1-3)@.

Al hablar de lo divino todas las imágenes quedan cortas. Las gafas serán útiles mientras el sujeto que las usa no pierda más vista. En cambio con el amor no es así. Su valor no depende de la capacidad humana. Cristo promulga su mandato Acon tanta sencillez y rotundidad, con tal sentido supratemporal y con tal aparente indiferencia respecto de todo poder o no poder, respecto de toda esperanza y desánimo, de todo esfuerzo y fracaso@ humano que no deja lugar a duda: la medida del amor no queda al capricho o a la capacidad del hombre, por el contrario Ael amor de Dios mismo encarnado se convierte en su medida@.

No debe extrañarnos esta medida del amor humano pues el hombre ha sido creado para ser imagen y semejanza de Dios, que es amor. En cambio, nos puede asustar por lo inalcanzable que parece. En este momento no hablamos de si es alcanzable o no para el hombre y de cómo lograrlo. Ahora afirmamos que el hombre debe amar y profundizamos lo que se entiende por amor.

A tenor de las palabras de Cristo queda muy claro que el amor es la única condición que pide al hombre para realizar su misión. AQuien desee entrar en la vida, el que quiera alcanzar su destino tiene que guardar los mandamientos (Mt 19,17)@. Quien no viva y cumpla el mandamiento del amor, Aél mismo se ha sentenciado, pues de ninguna otra cosa seremos juzgados en el Último Día sino sobre el amor”.