María, la paralítica
Autor: Padre Francisco Baena Calvo
María es una mujer paralítica, tremendamente risueña y existencialmente vitalista. Todos los días agradece a Dios el estar viva y verse rodeada de los suyos.
Y a todos impresiona la sonrisa gigantesca de María. Su minusvalía física no es índice para no encontrar sentido y gratitud hacia la vida desde Dios.
Y descubrimos que estas almas grandes, tan cerca del sufrimiento y tan amigas de los dolores, son estímulos y apoyo en el caminar de muchos, que solamente un dolor de cabeza le hace quejarse día y noche de su amargada existencia.
Y gente como María son las que mantienen vivo el rescoldo de la fe y la bondad del hombre, la grandeza de las personas y el crecimiento en el sufrimiento, en ocasiones superando su debilidad.
Y la experiencia nos hace descubrir que cuando vas a visitar a un enfermo de esta gran talla humana sentirás gozosamente que tu alma engradece al Señor y que más que hacer un bien a esa persona, ese enfermo te aporta algo de su grandeza y algo de su fuerza para que tú asumas tu vida entera y sea una ofrenda agradable a Dios.