Una personalidad historica

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Romano Guardini en su libro "La esencia del Cristianismo" afirma brillantemente: "El Cristianismo no es, en último término, ni una doctrina de la verdad ni una interpretación de la vida. Es eso también, pero nada de ello constituye su esencia nuclear. Su esencia está constituida por Jesús de Nazaret, por su existencia, su obra y su destino concreto, es decir, por una personalidad histórica".

 

                Y cada uno de nosotros, creyentes y seguidores de Cristo, tenemos que cimentar nuestra fe en ese Jesucristo que ha aunado con un nexo inviolable el amor a Dios y al prójimo, reafirmando como baluartes de toda una existencia auténtica el amor, la esperanza y la fe.

 

                Desde Jesucristo comprendemos, a la luz de toda su vida, que "Dios necesita de los hombres no para ser Dios sino para ser un Dios de hombres y mujeres" (Edward Shillebeeckx), y que es imposible gestar un credo razonable al margen de la historia del hombre, de su temporalidad, de sus angustias y esperanzas, anhelos y frustraciones, sueños y fatigas, proyectos y derrotas.