Una actitud nueva ante la riqueza

Autor: Padre Francisco Baena Calvo


Jesús de Nazaret nos invita a tener una actitud desprendida que haga relativizar nuestro apego ante la riqueza.

 

Frente a un mundo en el que se valora el dinero y presume del lema “tanto tienes, tanto vales”, Jesús nos advierte: “No amontonéis riquezas en la tierra, donde se echan a perder, porque la polilla y el moho las destruyen, y donde los ladrones asaltan y roban. Acumulad tesoros en el cielo donde no se echan a perder, la polilla o el moho no los destruyen, ni hay ladrones que asaltan o roban. Pues donde están tus riquezas estará también tu corazón” (Mt 6,19-21).

 

Y mientras Jesús nos llama a tener una actitud nueva y sorprendente frente a las riquezas, ellas nos poseen interiormente y atraen nuestro corazón hacia ellas con pasiones, en ocasiones desajustadas y mordaces.

 

Y es una mala jugada para el hombre cuando idolatra el dinero y las riquezas como un nuevo dios, que en el fondo exige sacrificios cada vez más atroces y genera nuevos templos donde se adora al dios “dinero”, llegando a destruir los mejores sentimientos de la humanidad, necesitada de altruismo y entrega desinteresada a los otros.