Un diagnóstico desesperanzador

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

Un creyente cristiano de comunión diaria relataba a su amigo: “¿Qué está pasando en la Iglesia? Verdaderamente estoy aturdido porque la práctica de la eucaristía está bajo mínimos”.

Y aquel diagnóstico desesperanzador es muy común entre muchos creyentes que ven con sorpresa y estupor la escasa asistencia de los cristianos a la eucaristía: “¿Qué está ocurriendo en la transmisión evangelizadora de las generaciones más jóvenes que no vislumbran como esencial la celebración litúrgica de la fe?”.

Y su amigo le sugirió: “Vivimos realmente una nueva época evangelizadora de la Iglesia. Las grandes masas han abandonado la Iglesia y se nos pide volver a la concepción de la Iglesia como pequeñas comunidades cristianas como un signo de Cristo en medio del mundo. En esta concepción minoritaria de la Iglesia sobrevive también otra concepción más triunfalista y de cristiandad, e incluso la práctica de los sacramentos es abundante porque tiene un respaldo social.

Tenemos que huir de los triunfalismos eclesiales y asumir el triunfo de la cruz, pero te digo por convencimiento que hoy se experimenta una verdadera primavera en el camino de la historia cuando comienza este Tercer Milenio.