Tenéis mi presencia por los suelos

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Cuentan que un religioso estaba en profunda oración en una capilla pequeña y muy acogedora. De pronto sintió que el Cristo del crucifijo se proyectó en el suelo con una luminosidad especial y oyó en su interior una voz que le decía: "Tenéis mi presencia por los suelos".

 

¡Qué poco testimonio damos de Jesucristo y su evangelio en esta vida nuestra y qué lejos quedan nuestras palabras y obras de ese vendaval espiritual que debería salvar al hombre cuando en el fondo los deja estupefactos en su escándalo!

 

¡Qué poco entusiasmo provocamos a nuestro alrededor cuando la fe en Jesucristo no es en nosotros nada más que un suspiro, una creencia que no nos compromete y no nos lanza hacia metas más auténticas y certeras!

 

¡Qué vacía se queda nuestra vida cristiana cuando nuestras cuerdas vitales quedan lejos del evangelio y no nos creemos del todo la confianza del Eterno!