Si obra bien Dios le bendecirá

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

                                          

                   

No olvides que el aroma de la felicidad radica en hacer las pequeñas cosas de la vida con una pizca de conocimiento y un gran deseo de amor. Cuando las obras las hacemos bien, sin conciencia mala, entonces la bendición de Dios, que aflora invisible en los arpegios del viento, aterriza en los huecos de las personas y la llama encendida de la soledad se esfuma como la niebla en una mañana de sol.

 

                La vida no necesita de grandes satisfacciones ni sobresaltos que rompan lo cotidiano, sino más bien personas admirables que se entrecrucen en tu vida y hagan de esos momentos espacios mágicos de comunicación y de diálogo que te ayuden a mirar a las personas con esperanza y con optimismo.

 

                Cuando te esfuerces en hacer el bien recuerda que nadie ha llegado tan lejos al corazón de Dios y estás cerca del Reino de los Cielos.