Ser uno mismo

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Realmente la más dura conquista de un hombre es él mismo. Pero solamente, para que esa conquista sea eficaz, necesita ser sellada por el amor. 

El amor genera un dinamismo que difícilmente puede ser destruido por las dificultades. 

Verdaderamente esa conquista es continua prácticamente desde que nace y es necesario que vivamos la advertencia de Franz Kafka: “Empieza de una vez a ser quién eres en vez de calcular quién serás”. 

Pero el amor y la tarea constante de ser uno mismo, sin máscaras ni disfraces para que sea verdaderamente humana, necesita ser atravesada por la bondad. 

Es cierto que en muchas ocasiones la bondad no ser realiza con intencionalidad verdadera y auténtica, y había que escuchar a Francisco de Quevedo: “Si haces el bien porque te lo agradezcan eres un mercader y no un bienhechor, eres codicioso y no caritativo”, pero sin bondad, la vida misma se hace cruel y el camino no pasa de la selva.