Rodearse de gente inteligente

Autor: Padre Francisco Baena Calvo    

                

                                          

                

Cierto día le pregunté a un amigo si podía enterarse de una noticia que me interesaba y mi amigo me respondió: “Sin saber nada creo que no. Conozco a ese hombre y todo aquel que le hace sombra simplemente lo ignora completamente”.

 

Me dió lastima aquella observación de mi compañero y amigo que descubrió el temor de muchos hombres y mujeres que se defienden creando una muralla invisible a su alrededor para no sentirse juzgados, criticados ni examinados. Y en vez de aprender de lo bueno que hay a su alrededor simplemente lo ignoran y lo niegan como no existente. Y esta tentación es muy común en muchas personas.

 

Y recordé unas palabras mágicas de  John Fitzgerald Kennedy, presidente de los Estados Unidos durante los años 1961 al 1963, el presidente más joven y el primero católico de la historia de su país, que fue asesinado el 22 de Noviembre del 1963 cuando viajaba en un autómovil descapotable por Dallas (Texas): “Un hombre inteligente es aquel que sabe ser tan inteligente como para contratar gente más inteligente que él”.

 

Y supe, en ese instante, comprobado por la experiencia, que no siempre se da a nuestro alrededor y que preferimos rodearnos de gente menos inteligente que nosotros para sorprenderlos, provocarlos y que nos lancen grandes alabanzas desde su propia mediocridad.