Rebeldía contra Dios

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

                                          

                   

Un joven se rebelaba contra Dios. No comprendía su "descarrado" silencio ante la desgracia y el dolor humano. No podía soportar que Dios permitiera el mal y el sufrimiento humano, sobre todo de los niños y los inocentes.

 

Se dirigió a un sacerdote, que durante años había sido su consejero y amigo, y le preguntó amargamente "¿Por qué Dios callaba y permitía el mal?". Entonces su amigo sacerdote le susurró al viento: "Hay realidades que no llegaremos a comprender y entender del todo nada más que al final. Todo será revelado y descubierto al final de la historia cuando todo sea recapitulado y desvelado. Te aseguro, amigo mío, que Dios no calla en ningún momento, aunque no escuches su voz ni sepas a ciencia cierta lo que quiere en tu vida y en la historia de los hombres. Dios respeta tremendamente la libertad, en ocasiones no tan inocente en la gestación de las desgracias. Pero ten por seguro que Dios sufre con el que sufre y llora con el que llora, y si te preguntas qué hace Dios en las desgracias te diría que te ha creado a ti para que puedas paliar los efectos del desastre y hagas surgir de tu centro interior la grandeza de la compasión.

 

Joven amigo, no tiembles si tienes dudas, porque la fe debe de soportar con fortaleza las dudas más dispares para que sea purificada desde dentro, y medita cuando llegues a tu casa, delante de un crucificijo, qué haces cuando te encuentras a tu paso un sufriente y un enfermo"