Que la Iglesia entre en ti.
Autor: Padre Francisco Baena Calvo

Una mujer creyente le decía continuamente a su hijo: “No basta que vayas a la Iglesia, sino que la Iglesia entre en ti”

Aquella mujer tenía toda la razón. Muchas veces, la aparente práctica religiosa es fría y no sale de los límites del cumplimiento. Son ritos vacíos que no arañan ni tan siquiera un trozo de conversión en nuestro interior.

Jesús de Nazareth lanzó grandes ataques contra esas posturas farisaicas y faltas de interioridad. Él decía palabras tan fuertes como éstas: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la menta, del aneto y del comino, y descuidáis lo más importante de la Ley: la justicia, la misericordia y la fe! Esto es lo que había que practicar, aunque sin descuidar aquello. ¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y os tragáis el camello!” (Mt 23, 23-24).

¡Por favor, que la Iglesia entre en tí y puedas vivir el evangelio en toda su densidad!