Oscar Romero

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Dejad que los vientos abran sus labios

y lamenten la agonía de América,

sepultada su alma en su muerte,

escondida su esperanza en sus palabras.

 

Dejad que los pueblos suspiren en su canto

y venga despacio a su tierra,

acostumbrada a golpes de soldados,

profetizada su dignidad en sus quejas.

 

Dejad que su muerte no sea dulcificada

y rebeldía pacífica transmitan sus adentros,

golpeada en el altar salvífico,

sacrificada cruelmente en sus secretos.

 

Dejad que Romero cante su llanto

y grite con fuerza su experiencia,

ataviada de solidaridad en sus pasos,

adornado de Dios en sus adentros.

 

Dejad que venga de lejos su fuego

y se acurruque muy cerca de los esfuerzos,

descongelando el hielo en su miedo,

despejando dudas en sus senderos.