Oración en la montaña

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

                

Dame ojos para verte,

Señor de las sombras,

que te escondes en los helechos,

sin temblor ni cortejos.

 

Desnúdame de pertenencias estériles,

Señor de los secretos,

que te acurrucas en la montaña,

sin prisas ni pausas.

 

Deshójame de baratijas inútiles,

Señor de los vacíos,

que te descalzas en el alma,

sin permisos ni recomendaciones.

 

Regálame admiración para llevarte,

Señor de los árboles,

que besas el paisaje en la tarde,

sin aullidos ni pasiones.