No somos capaces de darlo todo

Autor: Padre Francisco Baena Calvo



Occidente se muere estrangulado en su propia opulencia y egoísmo, autocomplacencia y vanidad.

Cuando satisfechos en nuestra mediocridad se va reduciendo su “universo simbólico” que le haga soportable su propia finitud, y entonces, de inmediato, aparece el estupor y el sobrecogimiento divino, mediatizado por unas experiencias humanas anodinas, que nos interroga si estamos dispuestos a darlo todo.

Cuando en la historia de la Iglesia, en ocasiones entrelazada con el pecado y las sombras, surge un hombre o una mujer que son capaces de “darlo todo” en radicalidad, entonces zarandea la conciencia de muchos como una “caña en el desierto” y sonroja en sobremanera nuestra pequeñez.

¡Qué lastima que nuestro Cristianismo se ha hecho cómodo y preocupado por “hacer cositas” sin más pero que deja nuestro corazón sin abrigo y nuestro seguimiento sin entregarlo todo!

Cuando lo “damos todo”, el Señor sale en nuestra busca y realiza obras grandes. Pero aún así lloramos porque nuestra contingencia es demasiado ardiente.