No rechaces el pasado

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Una joven estaba muy ilusionada de todo lo que tenía a su alrededor y estaba convencida de que pertenecía a la generación mejor preparada y con mayores posibilidades de todos los tiempos en su país. Además, juntamente con sus compañeras, creían que todo lo anterior a ellas era antiguo, conservador, caduco y anquilosado. Lo miraba con recelo e indiferencia.

Un día comentó a un profesor que la historia era un parche y la filosofía era una pérdida de tiempo. Además, afirmaba con mucha contundencia que lo importante y valioso en la vida era la técnica y la informática.

El profesor la miró, le sonrió y le sugirió: “Querida amiga, no desprecies el pasado glorioso del pensamiento y del saber. El presente sería ilusorio si no tuviera como remitente el pasado y como proyección el futuro. Te quiero recordar unas palabras impresionantes de Goethe: “El que no sabe llevar su contabilidad por espacio de tres mil años se queda como un ignorante en la oscuridad y sólo vive al día”.

Si crees que nosotros somos mejores que aquellos que dejaron grabados sus nombres en la historia de la humanidad con sus magníficos razonamientos e ideas solamente porque tenemos en casa un ordenador y algunos electrodomésticos creo que te equivocas totalmente”.

Y aquella chica meditó silenciosamente aquellas palabras de su profesor que la zarandearon interiormente.