No al servilismo

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Y dijo el profeta: Todo nos pertenece. Dios quiere que el hombre sea feliz y desarrolle todas sus cualidades para alcanzar las mayores cotas de realización.

 

La vida misma se convierte en apasionante cuando se interpreta como servicio. Pero el servicio jamás puede ser concebido como servilismo.

 

El servilista se inclina demasiado a su señor y se convierte en alguien despreciable para su propia dignidad. Sin embargo, servir a los demás es algo grande y auténtico cuando se realiza con respeto y amor.

 

  Muchos hombres y mujeres anhelan que le sirvan pero son grandes caricaturas de la humanidad. Buscan y buscan a mudos siervos que le adulen por un puñado de monedas.

 

Cuando una vida desea ser armonizada desde el servicio entonces le damos una fuerza a nuestra mente de tal magnitud que hasta el más mínimo elemento es una conquista para el alma y un avance en nuestro seguimiento del Maestro.

 

Sin duda la vida es una oportunidad que hay que aprovechar y un regalo que se conquista saboreándola a tope, pero siempre cuando se interpreta como un servicio y entrega a los demás.