Niños en Bosnia

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

        

"En mi primer encuentro con François Mauriac, le dije que los niños judíos en los campos de concentración nazis habían sufrido más que Jesús.
Mauriac no pudo contener las lágrimas. Lloró de pena. No contestó nada, como era normal"
(ELIE WIESEL)
A las víctimas más inocentes de una guerra absurda: los niños.

¿Has visto sus semblantes heridos,
bañados en sangre, sangre roja,
amamantados en los pechos de la guerra,
mientras sus padres luchan en el frente,
mientras los gobiernos gestionan silencios?

¿Has visto sus lágrimas salir,
petrificadas en sus caras sin retorno,
apoyándose en los refugios del hambre,
mientras sus hermanos afianzan distancias,
mientras los civilizados atrincheran olvidos?

¿Has visto sus cuerpos palidecer,
escondidos en hospitales sin repuestos,
golpeados en su inocencia lentamente,
mientras el enemigo les regala balas,
mientras el mundo continúa ciego?

¿Has visto sus ojos temblar,
convertidos en miedo, miedo intenso,
aliados en sus vergüenzas tempranas,
mientras sus juguetes se hacen pedazos,
mientras la muerte besa sus cuerpos?