La tortuosa historia de la Iglesia

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

En un grupo de catequesis un joven comentó su inquietud por las páginas tan tristes de la historia de la Iglesia y eso le hacía renegar con tristeza de sentirse miembro de la Iglesia.

 

Aquel comentario hizo que la reunión fuera encaminaba sin más hacia aquel tema que hizo al grupo ponerse en activo.

 

Un joven afirmaba que Jesucristo le atraía con entusiasmo pero no así la Iglesia, a la que miraba con recelo y con estupor.

 

Otro joven comentaba que no se sentía miembro de la Iglesia y que no podía entender que la historia de la Iglesia estuviera llena de tanta intolerancia, crímenes, marginaciones y privilegios.

 

Una joven subrayó que le parecía inverosímil y escandaloso que la Iglesia tuviera tanto lujo y bienes, repartidos en los templos y basílicas.

 

Entonces, el catequista intervino con vehemencia: “La Iglesia es santa y pecadora. Realmente la Iglesia como grupo humano tiene una larga historia llena de virtudes y almas grandes pero también tiene páginas tristes y oscuras, escandalosas y atroces. No por eso la crítica es necesaria y debe ser leída desde la llamada a la conversión que nos lanza el evangelio a todos.

 

Pero tampoco es de recibo que la Iglesia reniegue de su pasado sin más. Todo el patrimonio de la Iglesia  es el fruto de su historia y no puede rechazarlo. Ahora bien, todo eso debe estar al servicio de los demás y que sea disfrutado por todos los que se acerquen a sus templos”.

 

Y todos admitieron que el tema tenía que ser revisado, comprendido, analizado por todos los miembros del grupo y que eso no les impidiera criticar lo negativo pero que no les haga alejarse de la Iglesia.