Las tres vidas de un hombre

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

“Un hombre para serlo completamente, tenía que vivir tres vidas y emplear la primera en hablar con los muertos (leer); la segunda con los vivos (viajar) y la tercera, consigo mismo (reflexionar)” comentaba Gracián.

Bien sabemos que la lectura nos reconcilia con la memoria colectiva de la historia y nos une al alma de los mejores hijos de la humanidad, e incluso nos hace rechazar las ideas y las experiencias de otros.

Bien sabemos que los viajes a otras culturas y países dejan en nuestra humana la huella de la relatividad y nos ayuda a tener una mirada universal y planetaria, ajena al fanatismo.

Bien sabemos que la reflexión y la meditación nos hace saborear la vida y nos hace cada día más humanos, más sencillos y más tolerantes.