La paciencia todo lo alcanza

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

La vida nos hace comprender que la paciencia es la única arma capaz de ayudarnos a alcanzar la meta y nuestros múltiples objetivos existenciales.

El ser humano tiene en torno a sí la impaciencia como actitud y la misma impaciencia le hace vivir con prisas, estrés, sobresaltos y desconcierto.

Muchas veces se necesita toda una vida para descubrir que todo tiene su momento y que solamente la paciencia nos hace sentirnos bien con nosotros mismos y con los demás. Santa Teresa de Jesús supo de la importancia de esta virtud en su vida como mujer y como creyente cuando afirmaba: “Nada te turbe, nada te espante. Quién a Dios tiene nada le falta. Nada te turbe, nada te espante, sólo Dios basta. La paciencia todo lo alcanza”.

Cuentan que Gandhi, en plena revolución y lucha por la independencia de la India de la soberanía inglesa, dedicaba unas horas cada día, junto a una rueca, para hacer su propia ropa y ejercitar su paciencia y el dominio interior. Algo que exasperaba a muchos de sus súbditos y a muchas autoridades deseosas de activismo.

Y hoy todos reclamamos la paciencia como una gran virtud que adorne nuestra personalidad.