La necesidad como motor vital

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Omar había decidido conseguir unas cotas razonables de felicidad y quería comprenderse a si mismo como hombre auténtico y realizado.

Había reflexionado sobre los motores existenciales de sus propias actuaciones y los impulsos más profundos de sus pensamientos, obras y palabras, la razón más auténtica de sus motivaciones y el punto de partida de su peregrinar histórico.

Su experiencia vital le había hecho comprender que en todas sus conquistas y posesiones había algo en él que le vaticinaba su ansia de felicidad, insatisfecha después de cada posesión.

Serenó su espíritu y supo que el punto de partida de la conducta humana es la necesidad (Maslow), pues el ser humano es incompleto que ansía mayores estadios de felicidad.

Sabía que sus necesidades fisiológicas estaban cubiertas pero se sentía necesitado de personas que le proporcionaran seguridad y realidades que le hicieran sentirse seguro (una casa, dinero, un puesto de trabajo...).

Poco después, se sintió rodeado de toda seguridad material pero reconoció que necesitaba sentirse querido, amado, aceptado e integrado en un grupo. Vislumbró que la soledad y el miedo a sentirse solo eran las verdades diarias para muchas personas de su alrededor.

Más tarde, luchó con todas sus fuerzas para ser alguien valorado y con prestigio en su grupo y en la sociedad. Sabía que aspiraba a que los demás confiaran en él y reconociera su valía.

Pero en el silencio de la noche, cuando los ruidos callaban y las sombras invadían lo cotidiano, comprendió que lo que verdaderamente anhelaba era alcanzar plenitud y sentirse único e irrepetible, auténtico y plenamente desarrollado, con capacidad de amar y sentirse amado.

Más tarde, supo Omar que su historia es la historia de cada hombre o mujer que vienen a este mundo y el compendio de nuestras conquistas y aspiraciones, frustraciones y desengaños.