La misión del Espíritu Santo

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

                                          

                   

La Delegación Diocesana de Misiones de Córdoba publica una revista titulada “Testigos de la Misión de Córdoba”. En el número 58 del mes de Octubre del año 1998 Antonio Evans, Delegado de Misiones, resume maravillosamente la misión del Espíritu Santo, alma de la Iglesia, en tres conceptos: ÉXTASIS, KÉNOSIS E ÍPAGO.

 

El Espíritu Santo capacita para salir de sí mismo y nos ancla en la esfera del amor y en la vida de los otros, dejando atrás las “ollas” del egoísmo y la envidia, la comodidad y la pereza, la ira y la vanidad, etc.

 

El Espíritu del Señor nos ancla en la cruz redentora de Jesucristo y nos enseña la sabiduría de la cruz. La renuncia a sí mismo para comprender y favorecer al otro, pidiendo a grandes voces que la vivencia del Eterno nos haga conmovernos y renunciar al hombre viejo.

 

El Espíritu Santo nos atrae hacia los brazos del Padre y nos hace comprender el amor compasivo del Padre eterno. Él nos conduce hacia cotas eternas de perfección y de dominio interior.

 

¡Ah, qué bien supo Antonio Evans resumir la misión del Espíritu Santo en la vida de los hombres y de la Iglesia, verdadero protagonista de la evangelización y de la fe!