La conquista de uno mismo

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

                        

                 La mayor conquista de un ser humano es él mismo. Y, en medio de tantos reclamos de imitación, lo más urgente es ser uno mismo.

                Judy Garland fue una gran actriz y afirmaba con rotundidad: “Procura ser siempre la mejor versión de ti mismo y no una versión mediocre de alguien más”.

                Ahora bien, esta conquista es complicada y requiere gran dosis de humildad. Para eso tenemos a nuestro alcance muchos medios, aunque sobresalen tres: la observación de los demás, la lectura y la reflexión.

                Todo puede ser un camino para realizarnos como personas y “cuando encuentres a un hombre bueno, intenta imitarlo. Cuando veas a uno malo, examínate a ti mismo” (Cicerón).

                La sociedad misma es reacia a la gente que quiere ser ella misma más allá de los modos y tendencias.

                Camino complicado aquel que desea ser coherente y sincero en un mundo que ha sellado sus raíces en el egoísmo, la codicia, el dinero y la ambición de poder.

                En ese dinamismo muchos enemigos aparecerán en el horizonte e incluso surgirán no pocos conflictos, pero será una apasionante aventura a la conquista de uno mismo.