Campesino en mar

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Cuando el campesino de tierras,
-secas y áridas-,
aliado con los nubarrones,
vio el mar:
su cuerpo tembló en la arena,
su corazón se hizo silencio,
sus ojos se contagiaron de agua,
sus labios se hicieron un volcán,
sus recuerdos engendraron una emoción.

¡Oh, el mar, la mar,
yo quiero llevarme una gota
para plantarla en el olivar¡.

¡Ay, mar, agua de infinito,
juguetona en la arena,
suave en la tarde,
furiosa al amanecer¡

Cuando el campesino sin anillos,
-desnudo en el arenal-,
desmembrado en las rocas,
se despidió del mar:
su recuerdo quedó en la arena,
sus lágrimas se fundieron en el mar,
sus labios quedaron sin palabras,
sus pensamientos navegaron al más allá.

¡Oh, el mar, la mar¡