Huésped de mi silencio

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Dejad que el estupor divino, silencioso y pasajero, hospede su misterio en lo hondo de tu alma, allí donde donde los fantasmas dejaron su huella, y afloran de vez en cuando en lo profano.

 

                ¡Ay, dejad que la herida se cierre y vaya por las veredas del lamento y nada más llegar se hacen dolor!

 

                Dejad que el misterio absoluto de lo caduco se haga evidencia en algún momento de tu vida, allí donde los cansancios palidecen sin descanso, y se hacen aromas de miedo en la pregunta.

 

                ¡Ay,  huésped de mi silencio, receptor de mi pregunta, dejad que mi espíritu se serene en lo hondo de mi gusto, allí donde donde la música deja su secreto y la palabra nunca dicha revela su esencia!