Él me mira y yo le miro

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

El Padre Arrupe contaba esta experiencia hablando de la oración: “Había una muchacha joven japonesa recién convertida que venía a menudo a una capilla. Era una capilla tan miserable que cuando llovía no había suficientes cubos en casa para las goteras que caían. Y aquella joven se pasaba una hora y, a veces, hasta tres horas.

Un día le dije al salir: -“¿Qué haces en la capilla? ¿Rezas el rosario?” Ella contestó: “No”. “¿Lees algún libro?” –“No”. “¿Qué haces?” –“ Orar”, comentó ella. –“¿Y cómo oras?” Ella sonriente contestó: -“Me voy al sagrario, me pongo delante de Nuestro Señor: Él me mira y yo le miro, simplemente”.