El deterioro de la naturaleza

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

La preocupación por el progresivo deterioro de la naturaleza está invadiendo la vida cotidiana de los ciudadanos. Atrás quedan tiempos en los que las materias primas y los recursos de la tierra parecían ilimitados e inacabables.

  

El riesgo de un desequilibrio ambiental, provocada por la superexplotación y el dominio de la naturaleza por el hombre, parece que ha alarmado a grandes masas, especialmente a la opinión pública.

 

Cada día el movimiento ecologista subraya, por activa y por pasiva, el gran deterioro ambiental y nos citan algunos hechos alarmantes. El efecto invernadero o el aumento de la temperatura producida por la retención de radiaciones solares en la certeza terrestre,  el deterioro de la capa de ozono en la estratosfera hace que disminuya la protección de los rayos solares, el agotamiento de los recursos energéticos amenaza la economía cimentada en tales recursos, el peligro de la desertización alentada por la quema de bosques y el desequilibrio atmosférico, el desprendimiento de óxidos de azufre diluidos en lluvia ácida provoca grandes efectos negativos en la salud de los seres humanos, la cantidad de basuras generadas por los humanos que convierten al mundo en un basurero, la falta de conciencia de que el agua es un bien escaso y un bien común, etc.

 

             Algunos científicos y estudiosos de tal deterioro afirman que tal alarma es desproporcionada y los ecologistas se exceden en sus conclusiones, mientras tanto la mayor parte de los ciudadanos miramos al cielo para encontrar una señal para paliar la situación, olvidando en la práctica las diversas causas que conducen a tal despropósito.