Direcciones en la fe

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Y dijo el profeta: La fe de ordinario es primero vivida y experimentada, y sólo después pensada o fundamentada.

 

                La fe razonada gira en una doble dirección: por un lado, hacia dentro de la propia creencia para comprobar la solidez del mensaje que ha sido recibido y transmitido, y por otro, hacia fuera para poder dar razón a la propia esperanza en medio de una cultura, en ocasiones cimentada en la increencia y en la "sospecha".

 

                Sin estas dos direcciones la fe no cruzará el umbral de la purificación y no dejará de ser infantil, sellada en actitudes defensivas, ajena a la cultura dominante y a los interlocutores combatientes.

 

                Bien sabemos, aún sin sospecharlo, que vivimos en precariedad la cercanía indefectible de Dios, reafirmando a menudo que "Dios es más objeto de esperanza que de saber" (Gustavo Gutierrez), implorando con insistencia que "lleguen a ser dulces a nuestro corazón las cosas que nos mandas creer" (oración en la fiesta de san Anselmo).