Dios sale al encuentro del hombre

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

                                 

En el dinamismo de la fe hay un convencimiento fundamental: Dios sale al encuentro del hombre en su andadura histórica concreta.

 

Si bien es verdad, teológicamente hablando, este principio, y del cual brota todo el edificio teológico, lo verdaderamente manifiesto, como una experiencia subjetiva incuestionable, es que la densidad de ese encuentro será proporcional, en la mayor parte de los casos a la búsqueda y al interés existencial del mismo hombre hacia un sentido global último de toda la realidad, Dios.

 

Esa iniciativa de Dios, en muchos momentos sospechada y poco verificable científicamente, es la que nos lanza a una búsqueda desesperada del alma hacia el Amado, unas veces tan evidente y otras veces tan oscuro.

 

Y si bien es cierto que en la vida apresurada que llevamos nadie se librará de la dimensión trágica de la vida y el anhelo de un Dios trascendente y eterno, infinito y misericordioso, compasivo y juez que haga llevadera nuestra vida y conforme a nuestras acciones.