Deseos de eternidad

Autor: Padre Francisco Baena Calvo   

 

 

"¡Ser, ser siempre, ser sin término, 
sed de ser, sed ser más! 
¡Hambre de Dios!, ¡sed de amor eternamente y eterno!, 
¡ser siempre!, ¡ser Dios!" 
(MIGUEL DE UNAMUNO) 

En la sala de lo hondo 
vigila el centinela la sospecha, 
aquella que dimana de la esencia 
al contemplar la desgracia muy cerca. 
¡Ay, que te pareces a la escarcha, 
tan densa al alba, 
tan caduca ante los rayos de sol! 

¡Ay, que te pareces a la rosa, 
tan viva en sus pétalos, 
tan seca al atardecer! 

En las fibras de lo humano 
acaricia lo salvaje el canto, 
aquel que riza el agua en la orilla 
al bajar las huellas muy temprano. 

¡Ay, que te pareces a la infancia, 
tan inocente en sus nidos, 
tan pasajera en los sueños! 

¡Ay, que te pareces a la risa, 
tan explosiva por momentos, 
tan pálida ante el llanto! 

En el volcán de los sueños 
estalla el deseo de lo eterno, 
aquel que se reabre día a día, 
al contemplar la injusticia besando.