Demasiado tarde

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

                                                

                   

Bertold Brecht es uno de los poetas más comprometidos e importantes de nuestro tiempo y escribió este maravilloso y sorprendente texto, que nos recuerda el daño que nos hacen la indiferencia y los prejuicios: “Primero se llevaron a los comunistas pero a mí no me importó porque yo no era. Enseguida se llevaron a los obreros pero a mí no me importó porque yo tampoco era. Después detuvieron a  los sindicalistas pero a mí no me importó porque yo no soy sindicalista. Luego apresaron a los curas pero como no soy religioso tampoco me importó. Ahora me llevan a mí pero ya es tarde”.

 

¡Cuántas veces has mirado para otro lado y te has quedado sin sorprendente ante el sufrimiento ajeno porque lo has sentido demasiado lejano y los que sufrían tenían poco que ver con tu vida cotidiana!

 

¡Cuántas veces has olvidado que el mundo no es tan grande como parece y que en el fondo es una pequeña huella en el celeste universo, y que olvidarse de la solidaridad lo único que nos hace es anclarnos en nuestra poca memoria y en nuestro egoísmo más cierto!

 

¡Siente como tuyos los sufrimientos de los demás porque “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo” (G.S. 1).