El ateísmo contemporáneo

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

El ateísmo es el fruto del desarrollo ideológico de un sistema filosófico que desemboca en la negación de Dios.

            Pero no todas las pruebas o demostraciones de los ateos más importantes (Marx, Sartre, Feuerbach, Freud..) llegan a hacer cuestionable la existencia de Dios, pero no a hacer incuestionable la no existencia de Dios, concebida como una Realidad Suprema que escapa a nuestras categorías de espacio-tiempo.

            Todos los pronósticos del fin de la religión han sido fracasados. Ni la “superación de la religión” por el humanismo ateo (Feuerbach), ni la “extinción de la religión” por el “socialismo ateo” (Marx), ni la “disolución de la religión” por la “ciencia atea” (Freud) se han dado en la realidad de manera contundente.

            Los argumentos de la religión como proyección se basan en un postulado sin fundamento. La teoría de la proyección (Feuerbach), la teoría del opio del pueblo (Marx) y la teoría de la ilusión (Freud) no han demostrado que Dios es una proyección del hombre, un consuelo interesado o una ilusión infantil.

            También el ateísmo vive de una fe indemostrable: la fe en la naturaleza humana (Feuerbach), la fe en el futuro socialista (Marx) o la fe en la ciencia racional (Freud).

            En el ateísmo científico se acaba afirmando que sólo tienen valor aquello que es experimentable, y que todo lo que escapa a la experimentación se reduce a pura ilusión. Y el lenguaje religioso son hipótesis para explicar lo inexplicable y resolver los problemas, hipótesis que no pueden ser confrontadas ni verificadas por el método científico, el único válido  y reconocido como garante de verdad.

            A decir verdad, la ciencia, y también el propio planteamiento científico, tiene unos elementos teóricos que son imposibles de contrastar empíricamente.

            Hay en el horizonte del conocimiento una tendencia a concebir una visión interdisciplinar de la realidad, más allá de la propia visión del positivismo científico como planteamiento dominante y exclusivo del análisis de la realidad, tanto social como del hombre mismo.

            Y sin duda alguna, la propia dimensión religiosa da legitimidad, más allá del método científico, a la búsqueda del sentido global y a la propia finalidad direccional del mismo hombre.