Correo XXIX: Ana pregunta sobre enamoramiento de su amiga

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Ana, ¡cómo me gusta tu sinceridad y tus inquietudes! ¡Cómo entre nosotros se ha creado un vínculo que sobrepasa ya la mera presencia física! ¡Verdaderamente la amistad sella lazos que ni la distancia puede romper! ¡Gracias! 

Me comentabas que Alicia, tu amiga de la infancia y compañera del instituto se ha enamorado locamente de un chico y que sus padres no aceptan, de ninguna manera, esa relación. ¡Cuántas veces los padres no comprenden las decisiones de los hijos y se interponen en sus proyectos de felicidad sin mala voluntad! ¡Cuántas veces los jóvenes no descubren la bondad de los consejos de sus padres, que en el fondo desean lo mejor para sus hijos! 

Todo ser humano, ciertamente, busca siempre la felicidad. En el fondo, la vida de cada uno de nosotros puede resumirse en las aspiraciones y los esfuerzos para alcanzar mayores cotos de felicidad. 

Ana, en ocasiones, vamos palpando y buscando la felicidad fuera de nosotros mismos, y muchos veces, casi a lucha abierta contra situaciones y personas que parecen entreponerse, combatimos contra aquello que parecen estorbar conseguir nuestro estado de felicidad. Y la mayoría de las veces, asociamos ser feliz a tener dinero, dominar a los otros y alcanzar prestigio en la sociedad. ¡Si, el poder, el prestigio y el dinero, realidades donde cimenta el mundo la felicidad! 

Querida amiga, sin duda alguna, el camino más seguro para ser feliz es, ¡no te quepa duda!, hacer felices a los demás, y trabajar para que el mundo sea cada vez más solidario y esté cimentado en el amor, la paz y la justicia...Intenta de hacer el bien a los demás para que al final de tus días no encuentres tus manos vacías y tu corazón roto. ¡Y si crees que algo vale la pena y te va a reportar cotas de felicidad no dudes en conseguirlo, aunque todo el mundo se ponga en contra tuya! ¡Seguro que tu amiga Alicia luchará con “uñas y dientes” por esa relación si está convencida de su amor; en caso contrario, algún día le dará la razón y las gracias a sus padres que vieron lo que ella no pudo ver, cegada por la pasión!

Cada persona venimos al mundo para una misión: ser felices en armonía con todo lo creado. ¡Cómo me gusta que San Francisco de Asís llamara “hermanos” a todo lo creado: hermana luna, hermano sol, hermano fuego, hermana agua,... e incluso a la muerte la llamaba “hermana muerte”!

Por propia experiencia, todos sabemos que la conquista de uno mismo es la mayor victoria que podemos alcanzar. Y en esa conquista radica el secreto de una vida plenamente realizada y auténtica... 

Y ser feliz conlleva valorar lo pequeño y sencillo de la vida: el encanto de una mirad, la magia de una flor, la grandeza de un amanecer, el encanto de una mirada.... 

Un amigo.