Correo LC: Ana y la relación fe y razón

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Ana:

Tu correo anterior me ha dejado pensativo y pensaba que no era suficiente la respuesta. ¡Y no desearía que la relación de tu fe y tu razón sea conflictiva y polémica! El Papa Juan Pablo II, en la Carta Encíclica “FIDES et Ratio”, profundiza sobre las relaciones entre la fe y la razón. En este documento, el Papa, afirma, de manera maravillosa que “La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad. Dios ha puesto en el corazón del hombre el deseo de conocer la verdad y, en definitiva, de conocerle a Él para que, conociéndolo y amándolo, pueda alcanzar también la plena verdad sobre sí mismo. ¿No te parece radiante y conciliatoria este pensamiento del papa Juan Pablo II?

Hay dos tradiciones en el pensamiento cristiano con respecto a la relación fe y razón: la conciliatoria y la polémica. Y ambas tradiciones pululan en el ambiente de manera veloz, y, de vez en cuando, entrecruzan sus “espadas”. 

La tradición conciliatoria parte del principio de que la razón y la fe se complementan, mientras que, para la tradición polémica, ambos se contradicen.

Miguel de Unamuno decía que la razón y la fe se necesitan y critican mutuamente, y sólo se abrazan como luchadores...Y bien que sabía San Pablo de Tarso que el cristiano tiene que dar razón de su fe y cimentar sus creencias en postulados fuertes que no sean capaces de arrancar ni siquiera los más airados vendavales.

Te sugiero en el día de hoy que intentes armonizar en tu existencia una razón que esté abierta continuamente a la trascendencia, que le da el soporte último y el sustento global de sentido, y una fe que razona y se sustenta en los pilares más profundamente filosóficos.

No pienses que la fe es algo tan misterioso y tan oscuro que raya en el subjetivismo más primario y en un edificio ideológico irreal y engañoso, porque solamente desde la fe la vida puede encontrar su sentido más profundo y su soporte más manifiesto.

Y si algún día sientes la tentación de abandonar la fe en nombre de la razón, no lo hagas porque entonces tu vida entrará en dimensiones inmanentes demasiado estrechas.

Ana, la fe tendrá que soportar dudas que jamás hayas meditado. En tu peregrinar, la existencia misma será deshojada en sus más increíbles centros, y en el fondo pocos cimientos quedarán levantados. ¡Si, serán pocos los que se mantendrá en pie pero se convertirán en el fundamento real para tu propia vida!

La vida misma jamás ancla sus redes en un mismo mar, pues deambula de parte a parte, buscando una playa que amaine los vendavales y satisfaga la sed de eternidad.

Deshojada y sin aliento, la fe misma brillará despacio en medio de tantas palabras y mensajes caducos, que hieren al hombre en su más clara dignidad y su más elevado humanismo. ¡Si, “La fe y la razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad!

Un amigo.