Correo LXXXIII: Ana y la cultura fragmentada

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Ana: 

Tu correo electrónico me ha dejado pensativo varios días. Te sientes “seca por dentro” como una leño tirado en medio del camino, y sin saber muy bien qué creer ni que soñar. Te sientes frustrada en tu propio interior y tu vida entera está avocada al vacío. ¡Una “noche oscura” en medio de un “día con sol”!

¡Comprendo muy bien tu estado de ánimo y cómo la frustración se hace dueña de tu espíritu, dejando a su paso señales de vacío en tu alma! ¡Muchos hombres y mujeres de hoy lo experimentan!

La cultura se ha fragmentado en tantos frentes y tantas sub-culturas, que es difícil gestar una síntesis teológica, espiritual, existencial y humana en la mayor parte de los ciudadanos. Además, los grupos, catalogados como marginales, quieren ampliar sus convicciones a colectivos cada vez más amplios y no admiten las posturas tradicionales de rechazo o aberrantes, no quieren que sus criterios no sea escuchados, consensuados y recortados por leyes, debates o tratados.

Ana, esta cultura se mueve entre el rechazo por lo establecido y la atracción hacia lo desconocido:

Muchos jóvenes rechazan la resurrección de los muertos pero se apasionan con el espiritismo y la comunicación con los espíritus de los muertos.

Muchos estudiosos rechazan la existencia de Dios como alienante, evasivo y antihumano, pero no escatiman en escribir, hacer películas y documentales sobre lo diabólico y el culto a Satán.

Muchos hombres y mujeres de hoy rechazan la predestinación cristiana, síntesis equilibrada que conjunta la libertad personal con el destino vocacional divino, pero le atraen desmesuradamente el determinismo de los horóscopos, la quiromancia, las cartas y la grafología.

Muchos hombres y mujeres se alejan del auténtico cristianismo practicado en la Iglesia, comunidad de fe, pero buscan en religiones esotéricas algo que satisfaga su vida en lo más profundo.

Muchos admiten en público sólo aquello que el método científico le pueda verificar pero en privado, o en compañía de amigos, se entusiasman por los fenómenos paranormales o parapsicológicos....

Ana, no tengas miedo a tus preguntas y a tus propios interrogantes. Lo importante debe ser suscitar preguntas últimas e interrogantes profundos, que ayuden a superar posturas superficiales, pragmáticas y evasivas. Lo que realmente hará más humano al hombre es germinar preguntas existenciales, que hagan más poco "satisfecha" la vida social y personal, mirando no tan complacientes los criterios de moda y de la cultura dominante, dirigiéndola al sentido global último de la historia. Ya lo decía el gran estudioso Mircea Eliade: “El terror de la historia es para mí la experiencia de un hombre sin religión, que no tiene esperanza alguna de encontrar sentido definitivo al drama histórico, que debe sufrir los crímenes de la historia sin comprender su sentido”. 

Esta cultura, tan fragmentada en sus contornos y en sus adentros, necesitada ser iluminada por un sentido global y definitivo, que asuma discerniendo lo mejor de los entusiasmos y lo mejor de tales intereses. Un amigo.