Correo X: Ana pregunta sobre los cabezas rapadas

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Ana, siento pena del incidente que me comentas acerca de la paliza que le han dado al vecino de enfrente de tu casa un grupo de jóvenes “cabezas rapadas” simplemente por ser gay. ¡A veces da miedo la inseguridad ciudadana y la falta de tolerancia en un país democrático, como el nuestro¡ 

Los cabezas rapadas se han convertido en una de las manifestaciones más preocupantes, socialmente hablando, de los subgrupos juveniles no sólo en España sino también en toda Europa. De hecho, siendo grupos minoritarios provocan pánico y miedo en muchos ciudadanos. 

Los cabezas rapadas, jóvenes afiliados en tendencias de extrema derecha, cuya reivindicación más sobresaliente es la legitimación de la violencia como solución a los problemas y la defensa "a ultranza" del racismo y el rechazo a personas de color, a los emigrantes y a los homosexuales, entre otros. 

Los cabezas rapadas añoran tiempos pasados, las dictaduras del nazismo y el fascismo, aunque ellos no lo han vivido, quizá porque la falta de memoria histórica de estas épocas han eclipsado las masacres y el asesinato de millones de seres humanos en nombre de la patria. 

Los cabezas rapadas, más allá de su afiliación política, brotan, en mi opinión, como un reclamo de protagonismo juvenil en una sociedad donde las amenazas sociales son cada vez más profundas: la falta de perspectivas laborales, la caída de las ideologías que mantuvieron despiertos a generaciones varias después de la Segunda Guerra Mundial, la falta de autoridad moral de los padres y educadores en la vida de muchos jóvenes de hoy, el recelo de ver a los emigrantes como unos enemigos para la estabilidad económica y social de los trabajadores, el futuro tan incierto para los jóvenes en una sociedad cada vez más competitiva y liberal, etc. 

Hoy las cabezas rapadas hacen caso omiso de los ideales de tolerancia e igualdad, añoran otros tiempos sin una suficiente crítica histórica, exigen la violencia como estrategia reivindicativa y de presión, y nacen de una juventud insatisfecha, frustrada, sin alicientes de futuro. 



Un amigo.