Ser santos

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Qué difícil resulta reconocer en nuestro camino que nuestros pasos son diminutos y nuestro peregrinar desconcertado!

La vida no siempre alcanza las metas esperadas y el aroma del pecado se deposita en nuestra alma como si esperara de inmediato alejar al ser humano de la ruta determinada.

Ser santos es lo importante que lleva al ser humano más allá incluso de la meta moral que consiste en construir un "hombre auténtico y realizado". Los santos palpan de vez en cuando la perfección suprema de Dios y nos recuerdan a los humanos que el mal puede ser vencido solamente con sacrificio, constancia y confianza.

Ser santos es la grandeza del ser humano que reconoce que el evangelio solamente puede transformar las raíces de la sociedad y de la humanidad, anclados a menudo en la tierra de la propiedad privada, el lucro y el poder. ¡Sí, adquirir, poseer y lucrar son los derechos sagrados e inalienables del individuo en nuestra sociedad y los santos nos recuerdan que todo eso debe ser superado y triturado por el amor!

Ya lo decía Madre Teresa de Calcuta que "la santidad consiste en hacer la voluntad de Dios con alegría... La fidelidad forja a los santos”.

¡En este día, por favor, recuerda que la santidad es solamente esto, hacer la voluntad de Dios con alegría!