Dios y la soledad

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Ingmar Bergman ha sido probablemente uno de los directores de cine más importantes de todos los tiempos. Sus películas se cuentan entre las mejores del mundo del cine. Él comentaba a menudo que “mis temas son siempre Dios y la soledad. Busco a Dios constantemente, rabiosamente, porque sin Dios la vida no tiene sentido y desemboca en la más espantosa soledad”.

                ¡Qué bien sabía Ingmar que negar a Dios de la existencia humana lo único que acarrea en el hombre es sumergirlo en el sin-sentido y que la soledad sea probablemente el mayor de los problemas existenciales y el mayor temor para el hombre postmoderno!

                Comprende que una de las causas que lleva al hombre a entrar en la esfera religiosa es la búsqueda de sentido a su vida de manera global y buscar en el Eternamente Otro la alternativa que lo saque de su soledad y  lo integre en el trato íntimo de amistad con Dios.