Pinocho

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

A Pinocho le crecía la nariz cada vez que mentía, y hoy mucha gente no vivimos la exigencia de la verdad.

                Nuestra sociedad y nuestra cultura se ha cimentado en la hipocresía y en el engaño, en la apariencia y el disimulo. Vivimos en una sociedad tremendamente hipócrita y aparentemente tolerante, superficialmente madura y artificialmente engañosa.

                Mil cosas tenemos en casa y la mayor parte de ellas aparentan ser lo que no son: escayola que parece

Hierro, marmolina que parece madera, papel que parece yeso... y eso mismo se ha impuesto en nuestro entorno: la cultura del engaño y el disimulo.

                Y hoy, para que el hombre encuentre el calor existencial que necesita para su crecimiento interior y sacarlo de la noche oscura que vivimos, en este final de siglo, debe de sentir como urgencia la llamada a vivir el octavo mandamiento de la ley de Dios: "No dirás falsos testimonios ni mentirás".

                Y bien sabemos, por experiencia propia, que este reclamo es condición necesaria para caminar hacia el hombre auténtico y realizado.