Fuiste huido

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

Vuelve, Dios mío, vuelve

que la llama de la esperanza se apaga

y los beduinos de los desiertos arrasan el pasto

mientras los árboles gimen agua.

 

Ven pronto, Dios mío, sin tardar

que el corazón deshace su alcoba

y los sueños exigen de inmediato pruebas

mientras Ruanda reclama solidaridad.

 

Vuelve, Dios mío, vuelve

que la historia acurruca desgracias

y los humanos suspiran tu presencia

mientras los vientos siguen violentos sus rutas.

 

Ven pronto, Dios mío, sin tardar

que el abandono nos deja huidos

y el cansancio ajetrear de lo existente reaparece

mientras el mar recuerda a sus muertos.

 

Vuelve, Dios mío, vuelve

que las esperas se hacen eternas

y los hombres de cualquier siglo reclaman justicia

mientras el tiempo recorre las agujas del reloj.