La debilidad humana. 

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Un matrimonio joven, creyentes y cristianos practicantes, conversaba con otros amigos acerca de la poca idoneidad y el poco testimonio cristiano de algunos hombres y mujeres de Iglesia.

Un miembro del grupo afirmó que aquellos escándalos y el poco testimonio eran situaciones de una bajeza humana y de una más que abundante mundanización de la Iglesia.

Pero aquel matrimonio repuso que no todo en la Iglesia debe ser valorado y contemplado desde unas dimensiones humanas y sociales. Que en la evangelización el verdadero protagonista es Dios. Dios se vale de las debilidades humanas y de personas mediocres para manifestar su gloria.

Y subrayaron con toda la fuerza posible que la debilidad humana, también las suyas, entran en el plan de Dios y si quisiera el Señor prescindir de los mediocres lo haría con la mayor facilidad del mundo.

Y al final de aquella conversación descubrieron todos que era necesario mirar a la Iglesia como una institución divina y humana al mismo tiempo.