El amigo sin doblez

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

         Cuando el Señor nos concede el regalo de un amigo entonces los pasos inciertos de la vida se hacen más llevaderos y nuestra existencia se ilumina con el don de la compañía íntima que satisface el corazón.

No esperemos un amigo adulador y calculador, ajeno a la verdad y a la crítica. Ya lo decía Alfred de Muset: “Lo malo del amigo es que nos dice las cosas desagradables a la cara; el enemigo las dice por la espalda”.

El amigo nos recrimina con la máxima caridad nuestros fallos pero fíate de él cuando te mira a los ojos y te dice verdades como puños.

Dios nos libre de esos enemigos que sonríen en tu presencia y aplauden tus decisiones cuando estás delante pero cuando das la vuelta critican hasta tus calcetines y tus más íntimos propósitos.