Los buenos no son tan buenos

Autor: Padre Francisco Baena Calvo

 

 

Un hombre de 80 años y cargado de una sabiduría natural, campesino por más señas y padre de tres hijos, comentaba a un sacerdote: “Padre, quiero decirle que en mi larga vida, pasando por muchas situaciones, y conociendo a muchos hombres y mujeres de toda condición y en toda circunstancia, he aprendido una cosa con una certeza más allá de toda duda: que los buenos no son tan buenos y los malos no son tan malos. Podría decir que ésta ha sido la enseñanza más fuerte de toda mi vida”.

El sacerdote meditó unos minutos aquellas palabras mágicas y grandes, salidas de un hombre cargado de años y de sabiduría. Recordó la parábola del trigo y de la ciñaza en el evangelio. Y supo, en ese mismo instante, que aquel hombre y su maravillosa experiencia no estaban lejos del Reino de Dios.